Odiando esto [Richard y Libre]

Cada día que pasaba odiaba más esta secundaria. Ya nada en ella me importaba. Los vampiros que consideraba mis amigos habían desaparecido de un día para el otro y yo me fui cerrando más y más. A decir verdad, mis amistades humanas eran casi nulas, pero ellas tambien habían desaparecido asique ahora eran totalmente nulas. La gente me rechazaba y yo no cooperaba a que me aceptaran en los pequeños grupetes, de modo que pasaba sola el mayor tiempo posible. Solo entraba al colegio, hacía lo que tenía que hacer en cada materia y esperaba a marcharme. Eso era todo.

Ahora me encontraba sentada, sola como de costumbre, en una mesa de la cafetería. Tenía conmigo una gaseosa y nada más, de todas formas ni hambre tenía. A mi lado tenía un enorme libro llamado "El Nombre del Viento". Al menos tenía libros de compañía.

Tenía que irme a Paris por un gran tiempo, extrañaba a todos mis amigos de Forks y en especial a mi Cass. Sonreí al pensar en ella, era un poco tarde y tenía que llegar a la secundaria de Forks, apreté un poco el paso y llegue ahí, todos me saludaban y yo les devolvía el saludo con una gran sonrisa y un movimiento de mi manos. Luego de caminar un poco recordé que luego del almuerzo iba mi hora asique decidí ir a tomar mi café a la cafetería con los demás chicos, en cuando llegue puse mi café en una de las mesas y me senté ahí para beber un poco, no escuchaba a nadie conocido y los olores de las personas los había olvidado ya que había pasado mucho tiempo.

Hacía tiempo que no veía a nadie conocido, y cuando decía nadie me refería a nadie en verdad. Hasta los profesores con quien mejor trato tenía se tomaban una especie de vacaciones. Fue por esa razón que cuando vi entrar a Richard Stler a la cafetería di un salto de mi asiento y llamé la atención de medio centenar de estudiantes. Fatídico. Pero que me importaba eso ya. Tomé mi libro pues no era seguro dejarlo por ahí con tantos adolescentes sueltos y me diriguí hacia donde él tomaba un café.

-Buenos días profesor. -dije con cierta inseguridad, pues él podría bien no reconocerme o peor, no recordarme.

Mientras tomaba el café escuche que había un poco de ruido, no tan normal en la cafetería, sonreí y me dedique a tomar el café. Luego escuche una voz muy, muy conocida, sonreí ampliamente y de un salto abrace a quien creía que era Soria.
Hola Soria!!! n.n!-Dije con una sonrisa mientras abrazaba a…Un chico que pasaba por ahí ._. estaba %100 seguro de que era Soria la que me había hablado pero no me fije bien de donde vino la voz.

Me quedé de piedra cuando Richard saltó de su asiento. Los ciegos no debían de ser menospreciados, efectivamente. Parecía tener intenciones de abrazarme...pero terminó abrazando a otra persona, como un loco. En cierta forma me alegré de que no me abrazara a mí, esas cosas me ponían bastante nerviosa.

-Richard, por acá. -dije después de un momento. Al menos me había reconocido, eso era ya suficiente. Deseé de todo corazón que me salvara de la torpeza que sentiría yo si me daba un abrazo como al chico, pero no sabía que esperar de él.

Cuando dijo eso Soria me di cuenta de que no estaba abrazándola a ella.
Oh…Que suavecito tu suéter- Dije tratando de disimular mientras soltaba al chico o chica que abrace y seguro me miraba raro, sonreí y luego me acerque a donde estaba Soria, no se salvo de mi abrazo pero aun así no fue tan enérgico como el anterior, no podía evitar ser así con la gente que quería.
Como estas? Soria, tanto tiempo-Dije con una sonrisa mientras me separaba de ella y la trataba de “mirar” a los ojos con mi clásica gran sonrisa.

El chico al que Richard había abrazado hacía unos momentos parecía querer decir algo, pero lo fulminé con la mirada,el me hizo un gesto obseno con la mano y se marchó. Hermosa juventud la de hoy, la verdad...

-Bien... -le mentí a mi amigo, pues no quería preocuparlo. De seguro que ya estaba bastante preocupado por su puesto de trabajo y todo eso. -¿Y tú qué? ¿Has estado de vacaciones? -le pregunté cambiando abruptamente de tema, pues mentir se me daba fatal pero talvez él no se diera cuenta de ello.

Al escuchar el “Bien” que me dijo torcí la boca, no era así, pero no le quería preguntar de eso ahora, asique me concentre en su pregunta.
No exactamente de vacaciones, tuve que ir a hacer unos trámites a Paris…Me comió todo el verano eso…-Dije y luego me reí mientras me sentaba en el asiento y con un movimiento de mi mano la invite a sentarse a mi lado.

Genial, había metido la pata y Richard se había percatado de mi mentira. Yo era una persona muy observadora y noté cuando torció ligeramente la boca. De modo que tendría que esforzarme por evitar que hiciera preguntas relacionadas al tema. Tendría que distraerle, y mucho.

-Paris. -reflexioné mientras me sentaba a su lado. Era extraño esto de sentarse con alguien en el almuerzo, y era extraño pensarlo. Dejé mi libro sobre mi regazo sin quitarle la vista de encima a su portada. - Pero de seguro que hiciste algo de turismo, justamente estuviste todo el verano allí.

Le sonreí de lado y luego dije.
En verdad…No xD solo pude ir a mi castillo y caminar por el bosque que tengo detrás de él-Dije y luego le sonreí.
Era verano, pero no podía nadar porque estaba solo-Dije y me reí, luego tome un poco del café.

De modo que él tampoco lo había pasado muy bien (aunque la pasó mejor que yo, seguramente) pero eso no fue lo que me impresionó más.

-¿¡Tienes un castillo!? -le pregunté sorprendida...muy sorprendida. Si tenía un castillo ¿Porqué rayos trabajaba como profesor? O mejor. ¿Porqué rayos trabajaba? A menos que fuera un montón de ruinas con el nombre de castillo, debía de ser un lugar de mucho valor.

Sonreí por lo que dijo y asentí.
Sip, tengo un castillo en Paris, pero vengo a trabajar aquí de maestro de música jaja-Dije y me reí, luego le sonreí de lado.
Un día te llevare ^^-Dije con una gran sonrisa.

No me parecía creíble, la verdad. ¿Venir a trabajar de maestro de música al otro lado del charco? Definitivamente no tenía demasiado sentido. De seguro que de haí sus trámites. Nadie en el consulado entendería la razón de porqué alguien así hacía semejante cosa.

-No tiene demasiado sentido... ¡Oh! Claro, me gustaría ir. -comenté. Nunca había ido a un castillo, probablemente sería interesante. Pero me había prometido muchas cosas en la vida asique no creí que lo dijera de verdad, sino solo por compromiso. -¿Y cómo lo conseguiste? -seguí desviando el tema de mí.

Me reí bajo de lo que dijo, seguro se preguntaba porque veía a dar clases aquí y no en Paris.
Por herencia…Mis padres murieron y vivo solo ahí jeje-Dije con una sonrisa de lado y luego me termine el café, la mire de nuevo y le sonreí.

-Pero sigo sin entender, si vives allí ¿Porqué trabajas aquí? -evidentemente debía de haber algo que lo atara a este lugar. Algo más que la música misma... ¿Pero qué podría ser? Creo que tenía la respuesta, o al menos un boceto de ella.

-¿Que es lo que te ata a este lugar? ¿Acaso...estás en pareja? -pregunté mientras lo observaba, por si se le ocurría mentirme. Eso sí que no lo permitiría, nadie me mentía.

Le sonreí pero cuando me dijo que si estaba en pareja me sobresalte un poquito y me rasque la mejilla con la yema de los dedos ya que me había sonrojado.
Bueno…Esssste…Yo…-Ya no sabía que responderle a Soria, estaba nervioso, asique suspire y deje salir todo, sonreí y dije.
Bueeeeeeeeeeno…Tal vez…Tenga novia jeje.

Al momento en que Richard entró en su momento de nervios, dejé de mirar lo que fuera que estuviera mirando para observarlo a él y sus reacciones. Era extraño verlo así, justamente a él que era tan tranquilo. Además nunca vi a un ciego nervioso, por tonto que suene.

-¿Y es por ella que no vives en tu castillo? -seguí asiendo preguntas sin piedad, aunque con una ligera sonrisa. El humor se me estaba cambiando poco a poco.

Sonreí un tanto nervioso y como siempre me mordí el labio para aguantar un poco, suspire y le sonreí como siempre.
Bueno, si jeje…Es por ella que vivo aquí y no en mi castillo-Dije y sonreí de lado mientras le dirigía mi mirada ciega.