Pequeño paseo después de cazar

Había salido a cazar algo, mi sed me obligaba a hacerlo. Después de dejar unos cuantos ciervos tirados en el suelo y totalmente recuperado, comencé a dar un paseo por el bosque.
No me acostumbraba a Forks, demasiados aromas. En Alaska no eramos tantos, es más, en la zona donde residíamos mi aquelarre y yo eramos prácticamente los únicos. Pocas veces se dejaba ver algún nómada por allí.
En cambio Forks estaba repleto. Extraño lugar, desde luego. Olfateé el aroma de alguien, así que me di la vuelta.

Vi a Anne a lo lejos. Me aproximé a ella.

-¿Anne? ¿Qué haces por aquÍ? -le pregunté a medida que iba acercándome a ella-. ¿Y tu madre? -no quise preguntar por Garrett, pues sabía que su relación no era demasiado buena.

Alcé ambas cejas algo sorprendida.

-¿Por qué quieres volver a Alaska? ¿No te gusta Forks? Pensé que te divertías aquí... -cuando escuché que tenía sed, le sonreí-. ¿Quieres que te acompañe de caza? Acabo de ir, pero no me importaría cazar algo contigo.

-Yo te puedo acompañar sin ningún problema a ver a Renesmee -le ofrecí con una sonrisa-. En cuanto a que no tienes amigos, no me lo creo. Una chica tan linda como tú debe tener un montón, y seguro que hasta pretendientes -le guiñé un ojo.

Eché un vistazo alrededor antes de responder a su pregunta y me encogí de hombros.

-Bueno, supongo que sí se puede cazar... y si no, igual cazaremos. ¿Te parece? -volví a sonreirle. Anne me recordaba a mí, en el fondo eramos muy parecidas.