Llevando a Jason

- ¿Enano? ¡Si soy más alto que tu!
Reí divertido y por fin logré que soltara mi mejilla.

-Eso si dolió -me hice la ofendida.

- ¿El comentario? - pregunté dejando de reir abruptamente.

-Sí -puchereé.

- Ay, no, no era mi intencion - susurré apenado, llevando ambas manos a sus mejillas.

-Bueno -sonreí, niña.

- Una sonrisa para J - le pedí, presionando suavemente sus mejillas.

Sonreí.
-Y -miré el reloj.

- ¿Ya es hora de irme? - pregunté observando su reloj también.

- Mis padres no me tienen controlado si es eso lo que piensas - comenté, arrugando el ceño.

- No me enojé - repliqué, llevando una mano a su cabello para despeinarla.

-Mi peinado perfecto -pucehreé, arreglandomelo. No era egolatra, pero mi cabello erea agrado.

Rodé los ojos y me recliné sobre su auto.
- ¿Ya comienzo a aburrirte?

-No -dejé caer mi espalda en el capo, ya empezabá a oscurecer.

- Comienza a incomodarme este silencio silencioso - me quejé observándola.
Siempre había sido de esos que no paraban de hablar

-¿'Silencio silencioso'? -reí con ganas.

- ¿Qué? ¡Me resulta incómodo! ¿A ti no te molesta? - pregunté alzando una ceja.

-Un poco -admití.

- Podrias contrame algo de ti así no me aburres... - propuse divertido.

-¿Qué quieres que te cuente? -me giré en el capo para poder verle.

- No lo sé... ¿cómo llegaste a ser vampira? - pregunté, girando la cabeza para poder verla bien.

-Una chica nos convirtió -fue lo único que quise decir, mis labios que curvaron en una mueca, arrugué los ojos, aunque no me salían lágrimas.