Llevando a Jason

- ¡Tengo hambre de vampira hoy! - bromeé, cerrando lentamente la boca en uno de sus fríos dedos.

Reí.
-No duele, ñañaña -le saqué la lengua, infantil.

Machaqué suavemente (?) su dedo con mis dientes. Sabía que no lograría nada, pero me daba curiosidad aquel sabor

Arrugué la nariz.
-¿Sabe rico?

- Sabe dulce - respondí quitandome el dedo de la boca por fin y haciendo gestos raros con el rostro.- ¿Qué sabor tengo yo? - pregunté sonriendo divertido.

-Aún no pruebo -puchereé.

Extendí mi mano hacia ella, mordiéndome la lengua, torpe.
- Intenta no morder... no sería agradable.

-Vale -arrugué la nariz y olisqueé. Abrí grande la boca, esperando su reacción.

Reí entre dientes y permanecí en mi posición, con una mano extendida.

Mordí sin traspasar la piel (?) y me quité de inmediato.
-Uh.

- ¡No tengo mal gusto! - me quejé al oír su quejido.

- Ese "uh" no sonó para nada bien - repliqué, jalándole suavemente una mejilla.

-Mi mejilla -hice puchero- Ése "uh" no fue ni bueno ni malo.

Solté su mejilla y me crucé de brazos.
- ¿Qué fue ese "uh" entonces?

-Nada -revolqué piedritas con el pie.

Entrecerré los ojos sin creerle y le di la espalda.

Bufé, tocándole el hombro derecho.
-¿Y ahora qué hice?

- ¡No me dices qué sabor tengo! - me quejé berrinchudo.

-No sé, es.. -busqué una palabra que lo definiera bien- Extraño.

Rodé los ojos y me giré hacia ella.
- Haré de cuenta que no dijiste nada, ¿si?

Arrugué la nariz.
-Siempre eres así de sentido, ¿eh, Jason?

- Sensible. - le corregí ceñudo - Soy sensible, no sentido.

-Uiiss -le jalé la mejilla.

Le pegué un tarascón al aire, infantil.
- Me caes bien para ser una psicópata chupasangre.