Viaje de dos

Esperé mientras con los boletos en las manos. Suspiré mientras observaba el lugar, los transeuntes me miraban curiosos, no sabia el porque.

Jack volvio un momento despues -Los olvidé en la jungla- Dije algo avergonzada. Mientras ponia mis pies uno sobre otro, tratando de disimularlo.

Me sujete con mis piernas cuando me cargó, entramos en el mall y la gente nos miraba curiosos, algunos mas jovenes sonreían, en cambio una que otra señora mayor nos lanzaba miradas acusadoras. -Jack, nos estan mirando- Escondí mi rostro en su pecho.

Me llevó hasta una tienda, la vendedora lo miró sorprendida, en verdad el llamaba la atencion -Unas sandalias estarían bien- Dije mirando algunas. Me encogí de hombros ante su pregunta -No lo se, no le di importancia-

En cuanto me bajo comencé a mirar los distintos modelos, habían demasiadas no sabia cual escoger, no porque me gustaran todas sino por que eran tan raras. Escogí unas negras, que llevaban unas tiritas que las amarraba a mis piernas, estilo griego-romano. Las tomé, serían perfectas para correr -Estas quiero- Dije pasandoselas a la vendedora que no me hizo caso por mirar a Jack. Algo molesta susurré solo para que el escuchara -No me gusta como te mira- Diciendo esto me crucé entre ellos y les entregé las sandalias a la vendedora, que se sobresaltó.

Ya fuera de la tienda me senté en una banca del lugar, saqué las sandalias del paquete y me las pusé, comencé a amarrarlas en mis piernas. Quedaban perfectas con el vestido que llevaba. Me paré y di una vueltita, el vestido se alzo -¿Y que tal?-

Cuando me beso volví a saltar haciendo que me llevara, me gustaba en realidad ir asi. Me dio igual que la gente nos mirara y que las señoras adultas murmuraran. Algunos chicos me miraban embobados, tampoco les di importancia.

-¿Nos vamos?-

Todos nos miraban demasiado, pero ambos seguimos sin darle importancia -Desde aqui podré ver todo- dije cuando me sentó al lado de la ventana -Pero me conformo con verte a ti- Añadi mirandolo

Negué yo tambien -Y un dia tu te daras cuenta que no podré separarme de ti- Subi posamanos que se encontraba entre nosotros, y apoyé mi cabeza en sus piernas

Miré confundida cuando comenzo a sonreir y hacer muecas con su rostro, cerré mis ojos intentando leer su mente, pero no... me fue imposible, estaba en blanco, me rendí y pregunté -¿En que piensas?-

Lo miré evaluadoramente -¿Estas seguro que es en eso?- Le sonreí, igual si el no me quería contar lo entenderia, por una parte me sentia bien de no leer su mente, asi no me entrometia demasiado en sus asuntos, siempre pense que mi don era algo cotilla.