Paseando sin un destino marcado [LIBRE]

-¿Quién necesita tirachinas? -dije sorprendida.

Me acerqué al jardín de una casa, agarré una piedra del tamaño de mi mano y la lancé contra la farola. La luz se apagó, dejando la calle totalmente a oscuras, tan solo con la suave luz de la Luna.

-Yo también se descargar mi estrés -bromeé de nuevo y eché a correr antes de que David me riñera por lo que había hecho calle abajo.

Reí y me quedé parado mirando la farola.
Salí corriendo tras Thais.

-No te voy a decir que estubo mal-dije parandome de nuevo.

Cogí una piedra mientras me colocaba en la acera buscando el ángulo perfecto.Lancé la piedra lejos,destrozando así 2 farolas.

Miré sorprendida lo que hizo y frené en seco.

-¿Quieres que los estúpidos humanos llamen a la policía? -dije riñiéndole yo a él. Me eché a reír y seguí caminando por la calle vacía y oscura.

Una ventana se iluminó, y la silueta de una anciana apareció.

-¡Gamberros! -exclamó.

-¡Corre! -dije agarrando de la camiseta a David y tirándolo calle abajo mientras no paraba de reír.

Reí intentando no correr demasiado rápido.
Aunque aquel momento feliz paró en seco al recordar que tardaria muchísimo en volver a tener algo asi...
Suspiré y ya dejada aquella ventana muy atrás continué hablando.

-Romper cosas contigo me gusta-admití sonriendo.

Cuando estuvimos algo alejados, caminé a paso normal... Normal para un humano, claro. Sonreí cuando dijo aquello.

-¿Es un halago? -dije con una sonrisa-. A mí también me gusta... Te voy a echar de menos, jarronmaníaco.

-Yo tambien farolmaniac-bromeé con un punto serio.

Thais seria una de las personas que más extrañaria,e indudablemente,una de las primeras personas a las que visitaria tras volver de mi marcha.

-Muy gracioso -dije y le removí el pelo con una mano.

Me quedé pensativa un momento, aunque hablidosamente puse una barrera entre él y yo para que no viera lo que pensaba.

-¿Puedo preguntarte algo? -dije.

-Lo que quieras-contesté algo extrañado por la barrera.

-Veras estoy...preocupada por Rinoa. No, por lo del híbrido no -dije al ver su expresión-. Es por Will. Ella lo...aprecia mucho. La primera vez que lo conocí fue muy apático conmigo, y aunque dice haber cambiado no me fio un pelo de él... Creo que tú lo conoces. ¿Qué sabes de él?

-Nose mucho...de su pasado nada,pero se que estaba buscando algo.-contesté-Era muy amargo,no sabes cuanto,pero desde que apareció Rinoa se volvió un chico alegre,simpático,estoy planteandome que Rinoa era ese algo que el buscaba.

-¿Qué buscaba a Rinoa dices? -pregunté sorprendida-. Vaya, yo lo único que sé es que Will la abandonó hace décadas... Por eso no me fio de él, ¿sabes? No quiero que le haga daño otra vez... Más sabiendo que ella...bueno, ella le quiere -dije finalmente, no quería que Rinoa se enfadara porque le dijera eso a David aunque supuse que él ya lo sabría.

Asentí con la cabeza.

-Will siente lo mismo,pero,nose...creo que es raro que cambiara tan repentinamente-cogí aire innecesariamente y continué-Cambió de la noche a la mañana,de ser callado y gruñón se convirtió en un dia en el tipo más social y divertido de Forks.

Asentí a lo que dijo.

-¿Ves? No me parece lógico...y no me fiaré de él. Lo tendré vigilado -dije firmemente, nunca permitiría que le hicieran daño a Rinoa. Nunca.

De repente, una silueta apareció en la calle. Forcé la vista. ¿Era quién yo creía que era?

-Dios, David...tenemos problemas... -ironicé al ver a la abuela de antes con una escoba en la mano.

-¡Gamberros! -volvió a gritar levantando la escoba por encima de su cabeza a medida que se acercaba.

Me eché a reír en voz baja.

-¿Qué hacemos?

A David no le dio tiempo a contestar, pues una segunda silueta apareció tras la vieja. Era más alta que ella. ¿Quién sería? Forcé de nuevo la vista. Era un abuelo, probablemente su marido.

-¡Vamos Juana, volvamos a casa! -gritó el hombre, agarró a la tal Juana por el brazo y se la llevó de nuevo.

Me tiré al suelo haciendome el muerto mientras reia.
La oscuridad me taparia,pero mis risas delatarian mi pequeño escondite.

Seguí riéndome viendo aquella escena. El abuelo arrastraba a Juana calle abajo, pero ella no paraba de gritar y señalar el lugar donde nos encontrábamos David y yo. Me agaché para que no me vieran.

-¡Te digo que hay dos gamberros ahí! ¡Déjame que les de con la escoba, verán! -dijo Juana.

Me tapé la boca con una mano para no reír demasiado fuerte, pero no podía aguantar la risa.

-¡Ahí no hay nadie Juana, vámonos a casa! -repitió el abuelo.

Las voces se fueron alejando, pero yo seguía riéndome tirada en el suelo.

-Dios Thais,cualquier dia nos dará con la escoba y nos matará-bromeé riendo.

Si fuera humano supongo que me dolería la barriga de reirme tanto,pero me mantube alli en el suelo,pese a que la vista de Juana y su marido no alcanzasen a donde nosotros estabamos.

Dejé de reírme aunque todavía sonreía.

-Definitivamente, seas o no una criatura paranormal, no hay nadie cuerdo en este pueblo... -dije sonriendo.

Me quedé sentada en el suelo a su lado mientras lo miraba. ¿Qué iba a hacer todos esos días sin él? Suspiré con tristeza.

Leí su mente y suspiré,no quise comentar nada de aquello pues,yo sufriría mucho en el desierto,todo rodeado de arena,nada de humedad...y todavia no sabia que comer,pero algun alimento tendria que haber entre la arena pues,el aquelarre de Egipto sobrevive.

-¿En qué piensas? -dije despertándolo de su ensimismamiento-. Hey, aunque no tenga un super poder como el tuyo también me intereso por los pensamientos de las personas...

-Pienso...solamente pienso-contesté soltando lentamente un suspiro prolongado-.¿Sabes?No tengo ni la menor idea de como alimentarme en Egipto,no es que me importe mucho,pues no podré atacar a nadie...

Tenia que hablar con Rinoa,ella todavia no sabia nada de mi marcha,absolutamente nada,y lo tenia que saber cuanto antes.

-Yo he estado en Egipto, hay camellos...¿no te gusta la sangre de camellos? -me eché a reír de nuevo y miré disimuladamente por la calle por si seguía cerca la tal Juana, pero había desaparecido.

Me levanté del suelo y le tendí la mano a David para ayudarle a levantarse.

Agarré la mano de Thais y me levanté rápidamente.
Le miré y sonreí...le echaria de menos.

-¿Y ahora qué? ¿Seguimos rompiendo farolas para ver si aparece Juana? -bromeé riendo.

-¡No!Que vendrá con la escoba y nos matará-bromeé riendo.

-Antes se rompe la escoba... -murmuré riendo.

Nos quedamos en silencio, la calle estaba totalmente oscura sin las farolas, pero nuestra visión vampírica nos permitía identificar las siluetas con precisión.

-¿Por qué no vamos al lago que hay junto al campamento...digo a mi campamento? -todavía me sonaba raro que perteneciera a ese lugar-. Podemos dar una vuelta con las barcas.