Alejada de Forks

Sonreí al escucharla hablar de Alice y Rose.

-Siempre fueron muy queridos por mi aquelarre y por mi misma. De hecho mi visita a Forks se debe a ellos, hace años que no los veo -sonreí intentando no recordar cómo acabó nuestro último encuentro.

- ¿Años? les echaras mucho de menos, supongo, ¿les has visitado ya? Ami me gustaria visitarles un dia de estos, cuando pueda - sonrei al recordar el porque no podia.
Note su semblante pensativo pero tampoco quise preguntar mucho mas, no era una entrometida.

Asentí a su pregunta.

-Tengo planeado hacerles una visita a todos, aunque ya hablé con Edward... -dije con una sonrisa.

Para mí, mi principal objetivo en mi visita a Forks era conocer qué ocurriría cuando lo volviera a ver...y todo salió bien. Supongo que asumí que Edward estaba casado e incluso era padre, no podía verle más que como un hermano.

No deje de lado su tono de voz ni su mirada al decir el nombre de Edward, seguro que su presencia aqui tenia que ver mucho con ese vampiro.

- Ya veo... - sonrei levemente, y mir el cielo.

Seguimos avanzando a un paso moderado por el camino. Hacía buen tiempo, lo cual me sorprendió, aunque tampoco hacía brillar nuestra piel.

-Por cierto, gracias por apoyarme el otro día en casa de Noah -le agradecí.

- Oh, de nada, pero es que pienso como tu, me agradaba lo que decias, y es todo por Marla.

Cada vez que pasaba por este sitio me acordaba de Rinoa, y de Armus, me traia buenos recuerdos..

No pasé por alto que Selene se sumergió en sus pensamientos, así que esperé unos instantes antes de volver a hablar. Yo misma me solía perder en los míos, y como no me gustaba que me interrumpieran tampoco le hice lo mismo a ella. Solté un suave suspiro y miré a lo lejos. Si forzabas la vista podías ver las primeras casas de Forks a lo lejos.

-¿Hace mucho que vives en este lugar? -le pregunté por mera curiosidad a la pelirroja.

- Mm... la verdad es que no tanto ¿sabes? unos meses, y eso que queria irme cuanto antes, pero me encontre con buena gente - sonrei- gente que ha cambiado mi vida para siempre, por todo eso, me quedo, al menos un buen tiempo... aqui ademas hay mucha magia...

No entendí a lo que se refería con magia, pero sí sabia lo que era encontrarte con gente que te hiciera quedarte en un sitio.

-Magia no sé, pero demasiados olores sí... -arrugué la nariz al olfatear una mezcla de vampiro, licántropo, metamorfo y humano.

- Ajá si .. - rei alegremente - es lo mismo, pero con puntos de vista distintos, yo lo llamo magia - reflexione unos instantes - sera que forma parte de mi pasado el utilizar esa expresion, pero a mi me gusta todo eso..

Levante las manos y gire sobre mi misma, como bailando.

Sonreí al verla bailar. Selene era muy alegre y amable, era extraño encontrar vampiros de ese tipo.

Continuamos caminando por el sendero hacia Forks. Me puse a pensar sobre Marla y su extraña enfermedad.
¿Cómo acabaría todo aquello?

Deje de hacer el payaso, casi no la conocia y podia pensar que yo era una vampira desequilibrada. Me aguante la risa, quizas si que estaba desiquilibrada, hasta que vi su cara de preocupacion.

- ¿te ocurre algo?

-¿Eh?

Levanté la cabeza al despertar de mi meditación al escucharla. Le dediqué una sonrisa tranquilizadora e hice un gesto con la mano, quitándole importancia.

-No, solo pensaba en Marla y en todo lo que ocurrió...

- Ah si... lo que hablamos antes - puse un gesto como de dolor - es una pena...

Un grupo de humanos paso por nuestro lado, solo eran tres, y venian hablando animadamente. Les segui con la mirada y enarque una ceja.
- Mm...

No pude evitar ponerle una mano en el hombro a Selene cuando vi su cara cuando pasaron los humanos. Me miró desconcertada, así que volví a sonreír con tranquilidad.

-Te agradecería que no te alimentaras en mi presencia -dije con cautela.

Puse una sonrisa torcida y la mire a los ojos.

- Tranquila, ahora mismo no tengo hambre... - sonrei enseñandolos dientes - me recuerdas a Rinoa haciendo eso.

Incliné la cabeza hacia un lado. Ahora la que no entendía era yo.

-¿Quién es Rinoa? -ese nombre me sonaba mucho, ¿dónde lo había oído antes? Navegué por todos los rincones de mi memoria, pero no conseguía saber quién lo había nombrado antes.

- Oh, es cierto, no sabes quien es - solte una risita - es una gran amiga, y eso que has echo, me recuerda a ella. Y que me recuerdes a ella es algo muy digno - mi tono era divertido.

Arranque una flor del suelo y jugue con ella entre mis dedos.

Medité acerca de lo que dijo mientras observaba lo que hacía con la flor entre sus dedos.

-Me encantaría conocerla -dije con sinceridad con una sonrisa.

Pasamos junto a unos arbustos. Detuve el paso y me acerqué a ellos. Inspeccioné entre las ramas y al fin encontré unas bolitas color perla que brillaban muchísimo. Tan solo habían tres, se las mostré a Selene satisfecha.

-Son heregmhas, los humanos no pueden visualizarlas por su brillo intenso, su visión no está adaptada para poder encontrarlas. En cambio los vampiros sí. Son perfectos para algunas infusiones que hago que saben fatal, le cambian el sabor a otro distinto. A veces son fresa, otras menta... Son realmente fascinantes -abrí su mano y se las puse en la palma-. Para ti. También puedes hacerte un bonito collar.

No pude reprimir una sonrisa, eso tambien me recordaba a mi amiga.

- ¿En serio? ¿y como es que no las vi antes? - dije mirandolas de cerca - son preciosas, vaya... me alegro de haberte conocido Tanya, seguro que tambien le gustan a Armus.

Sonreí al escucharla.

-También me alegra haberte conocido. Amo la botánica... -dije satisfecha de ello-. ¿Y quién es Armus?

- Armus es mi marido - sonrei al decir esto ultimo, no estaba acostumbrada a un - y le conoci aqui... Y si amas la botanica, te iria bien conocer a esa amiga de la que tanto hablo.

-¿Marido? -pregunté muy sorprendida-. No sabía que estuvieras casada...

En realidad, no conocía nada acerca de Selene. Eso me intrigaba. Yo nunca había sido de esas personas que paseaban junto a alguien desconocido... Supuse que había cambiado estos últimos años. Supuse que había...madurado.

Sí... Edward me había hecho madurar.

- Si - dije sonriendo - me case con el hace muy poco, si hubieses estado aqui, te habria invitado - le giñe un ojo - pero la verdad es que estoy muy feliz... - la mire de reojo - tu no.. ¿no tienes a nadie?

Movi la cabeza negativamente con lentitud mientras seguíamos caminando.

-No, soy feliz con mi aquelarre -dije con firmeza-. Ellos son todo para mí.