Desorientada (LIBRE)

Había amanecido hacía escasos minutos, y el Sol todavía se hacía paso entre las hojas de los árboles. Tantos aromas de vampiros me mareaban, no conseguía encontrar el rastro de ninguno de los Cullen. Tampoco recordaba la localización exacta de su mansión, así que seguí recorriendo el bosque sin saber dónde ir. La última de mis alternativas era preguntar en el pueblo, pero prefería no hacerlo. Al menos hasta el momento.
Me senté en una rama bastante baja de un árbol y, de nuevo, arrugué la nariz. Apestaba a licántropo.

Me sobresalté al escuchar una voz por encima de mí. No había notado el aroma de una vampiro que se encontraba allí. ¿Cuándo me acostumbraría a tantos aromas distintos? Le dediqué una pequeña sonrisa.

-Hola, mi nombre es Tanya -dije poniéndome en pie en la rama.

De repente la vampira pareció que palidecía más de lo normal. Incliné la cabeza y fruncí el ceño.

-¿Estás bien? -pregunté desinteresadamente.

-Claro- ¿Que era lo que había visto? nunca ví algo asi, sabía que era inusual. Decidí dejarlo pasar, evocandome en no leer su mente ni sus recuerdos.

-¿De donde vienes?-

-Alaska -dije con indiferencia. Me volví a sentar en la rama y me balanceé ligeramente. ¿Tanto se me notaba que era nueva en el lugar?-. Eres de por aquí, supongo.

-¿Y qué es lo que te trae por aquí? Este lugar no es que sea muy...agradable -dije echando una ojeada al cielo nublado. Me preguntaba si habrían más vampiros "de paso". ¿Me podía considerar entre ellos? Volví a meditar sobre cuánto tiempo me quedaría... Me encogí de hombros. Antes por supuesto debía visitar a Carlisle y los suyos.

Incliné la cabeza hacia el lado mientras la observaba.

-No estés tan segura, en este lugar te puedes encontrar a quien menos te esperas... Por experiencia -dije entre risas y recordé a aquél vampiro que se me había acercado buscando venganza contra mi aquelarre.

-Espero que así sea -le dije al verla tan encantada con la idea.

Me bajé de la rama hasta el suelo y agarré un par de hojas de un arbusto que encontré, una especie bastante rara que no encontraba desde hacía mucho tiempo. Me las guardé en un bolsillo y sonreí.
Al ver que Lara me miraba, expliqué:

-Es para hacer medicamentos.

La miré con una sonrisa y seguí recogiendo más hojas.

-Eres una vampira solitaria, ¿eh? -dije todavía sonriendo-. Se nota en tu manera de ser.

Sabía que no era nadie para decirle aquello, pero últimamente me estaba metiendo demasiado en la vida de los demás. Suspiré. Me pregunté si aquella chica habría sufrido, pues en su tono de voz se notaba algo de eso.

-En eso te daré la razón -dije agachada aun recogiendo hojas.

Me levanté con los bolsillos llenos de hojas, parecía medio loca. Trepé en dos segundos hasta la rama donde se encontraba la vampira. Al verla mejor me di cuenta de que era muy hermosa.

-Por ahora sí -admití encogida de hombros-. Me gusta recoger todo tipo de hierbas allá donde voy. Las de Alaska ya las tengo demasiado vistas.

Mientras comentaba todo esto sabía que no le interesaría, pero tampoco parecería mal educada, así que se lo conté.

voy por el bosque y siento el aroma de vampiros y lo sigo me encuentro con dos vampiresas y las saludo- hola como estan mi nombre es jasmert persival pero diganme jass

Desde lo alto de la rama, observé a un vampiro que me dio la sensación de que hubiera aparecido de la nada, pues no había notado llegar su aroma. Se presentó educadamente, así que le sonreí.

-Hola Jass, soy Tanya Denali -pegué un salto y bajé de la rama hasta el suelo, junto al vampiro. Le tendí mi mano con una sonrisa.