Necesitando tu sonrisa (Nessie)

El primer pensamiento del día fue, similar al que tenía todos los días. Debía ver la sonrisa de Nessie para comprobar que era real. En los últimos tiempos, me pasaba siempre lo mismo. Sentía en la base del estomago un vacio hasta que sus dulces ojos se posaban en los míos. Probablemente era estúpido o cursi para quienes nos miraban desde fuera, pero para mí, era lo más importante.

Cada día, sin que nadie en casa se diera cuenta, salía ágilmente y corría por el bosque hasta que mis pasos terminaban frente a la mansión. Esperaba unos segundos, inventando alguna excusa para después adentrarme en la casa para buscarla. Era una rutina y podía estar casi seguro de que todos ahí se habían dado cuenta ya de que se repetía diariamente sin falta. Pero no podía evitarlo.

Esa, en resumen era la razón por la que daba vueltas en círculos frente a la puerta de la entrada.

-Nessie –murmure, esperando que me escuchara. Aunque sabía, que tan solo por mi aroma, la mayoría de los Cullen notaba mi presencia.

Pasaron tan solo un par de minutos antes de que la mirada brillante y una sonrisa gigante me de mi quería Renesmme, me recibieran. Era sorprendente como, a pesar de verla a diario, cada vez que mis ojos se encausaban en los suyos, se sentía como la primera vez. Como si una chispa de magia explotara dentro de mi pecho y de repente, supiera que todo va a estar bien.

El sol brillaba ligeramente por encima de su cabello, dándole al color natural de su cabello unos tonos rojizos que me obligaban a mirar cautivado de vez en cuando. Al mirar su sonrisa, la mía se hizo presente y tuve poco tiempo para extender los brazos antes de que ella saltara sobre mi cuerpo, dándome un abrazo. Mis manos se cerraron sobre su espalda para sostenerla firmemente.

-Te extrañaba –le respondí en el mismo tono de voz que ella había utilizado. La separe un poco, solo para apartar un par de mechones de su rostro y depositar un pequeño beso en su frente. -¿Hace mucho que despertaste? –pregunte con la curiosidad reflejada en mi voz, quizá ella tenía el mismo tiempo despierta, quizá más. Después de todo, era difícil que tuviera patrones del sueño organizados, con toda la familia dando vueltas por la noche a su alrededor.

El silencio se extendía en la cercanía, siendo eclipsado únicamente por el trino de un par de pájaros que parecían mirarnos atentamente desde su posición cómoda sobre una rama. Sonreí interiormente por mis pensamientos. Los pájaros no miraban a nadie y mucho menos atentamente. Quizá solo veían algo para comer y nosotros nos interponíamos en la línea de dirección. Sacudí la cabeza y note que la puerta de la casa se cerraba detrás de la espalda de Nessie. Tome eso como una indicación de que había alguien demasiado cerca, para que la conversación fuera del todo relejada, así que no hice ningún comentario al respecto. Solo la seguí esperando que ella dijera algo. Ya que mi mente se encontraba muy ocupada divagando en cuanto había crecido y en que casi podía notársele la vivacidad de cualquier adolescente en la manera en que se movía al caminar.

Aunque esta poseía la elegancia de cualquiera de su familia, también contenía un ligero toque de desenfado, digno de cualquier chica joven.

Escuche su pregunta, mientras me colocaba a su lado y deje que un suspiro se escapara de mis labios. Yo mismo le había preguntado un par de veces a Bella, pero siempre esquivaba mis preguntas alegando que no lo comprendería.

-Supongo que es porque… -comencé la frase y lo pensé un par de segundos más, buscando así, la respuesta que creía se aproximaba a la realidad –tu madre es muy sobre protectora –continué, sintiendo que iba por el camino correcto y me gire un poco para tomar sus manos entre las mías –y no quiere que te suceda nada, debe tener muchas paranoias acerca de lo que pasaría si estuvieras rodeada de adolescentes hormonales –me detuve un momento y pensé que esa idea también me molestaba a mí.

Esperaba que mi respuesta acallara la voz interna que la hacia cuestionarse acerca de si algo andaba mal, quizá sospechaba que aunque estaba dentro de su no-tan-normal-familia, no había comportamientos tan regulares como los de un humano promedio. O tal vez, ella no era tan consciente de las cosas que sucedían en su entorno. Yo, por otro lado a pesar que sabía que ella no era igual a las demás, intentaba que no se diera cuenta de ello.

En un pensamiento casi extinto, me imagine lo que sucedería si Bella accedía a la petición de Renesmee. Eso significaría menos tiempo para verla y forzosamente, tendría como resultado compartir su tiempo con otras personas. Amigos. Chicos.

No pude evitar arrugar el entrecejo. Esa idea no era buena, no lo era en absoluto. Pero, de cierta manera, tenía que pensar en que eso haría feliz a Nessie. Y si ella era feliz, yo era feliz, por efecto rebote.

-Estoy seguro de que lograras que tu madre te diga que si –negué con la cabeza y retome mi lugar a su lado, retrasado a penas por un paso. –Pero no necesitas envidiar nada –dije, dejando que las comisuras de mis labios se encorvaran ligeramente hacia arriba en una sonrisa diminuta –Tu inteligencia es superior a cualquiera de los estudiantes –admití con sinceridad reflejada en cada palabra.

No entendía del todo cual era la razón por la cual necesitaba asistir a una escuela. Ella era auto-didacta, por lo cual aprendía a su paso y sobre cualquier cosa que ella decidiera. En la escuela, tendría que abstenerse a memorizar las cosas que los profesores creyeran necesarias.

En definitiva, ella era complicada. Pero, me gustaba de esa manera.

Tenia consciente en mi cabeza como sería todo si acudía al instituto de Forks, y lo que más claro tenía era que mis padres ya no podrían ir más, no al menos en este pueblo, así que me las apañaría sola en ese lugar. Muchas ideas se me venían a la cabeza, y tenía pensado habalr con mi madre en cuento regresara de la casa, en mi cabeza tenía bien claro que tan pronto papá pisara un pie dentro de la casa, o incluso antes, ya sabría que era lo que yo planeaba decirle a mamá, en parte me vendría bien su ayuda comprensiva a la hora de convencerla.

Jake tardo menos de dos segundos en colocarse a un paso por detras de mí, no podía negar que el estar a solas con el me gustaba, y a la vez me relajaba de sobremanera, una sensación que era casi imposible explicar con palabras. Asento con la cabeza con una sonrisa a lo primero que me dijo. En menos de un segundo me gire para verle mientras aún caminaba a su lado.

- Lo sé Jake, lo tengo en cuenta, pero quiero al menos, vivir un par de años como una chica normal .. -explique, quería sentirme la adolescente normal de 15 años, a pesar de que mi mente ya estaba casi desarrollada.No sabía si el comprendía comome sentía, yo tenía presente lo que era, una hibrida, mitad vampira mitad humana, nunca podría ser una chica normal al completo, pero si vivir casi las mismas cosas que los verdaderos humanos.

-Dudo que a mi familia le haga gracia esta decisión, pero estoy segura de lo que quiero... - me acerque a el y lo coji del brazo con una mano, sonriendole divertida, - ¿Vamos a los acantilados ? - pregunte con esa sonrisita entre traviesa y dulce, ya había ido una vez hacía tiempo, pero las historias que me había contado Seth hace poco, habían hecho que inevitablemente, tubiera ganas de ir , con Jake.

Una chica normal. Eso significaba verse rodeada de gente, asistir a fiestas, preocuparse por ser cordial con las amigas, hablar de chicos, hablar con otras personas. Estar con otras personas. Lejos de mí. Sin mí y además, feliz.

"Basta" - me dije a mi mismo.

Sacudí la cabeza ¿Qué demonios me estaba pasando? Ese pensamiento me ponía mal en muchos niveles distintos, pero no estaba bien que me sintiera así. No cuando ella estaba ilusionada por la escuela. Ella jamás había mencionado todo lo que mi fantasiosa mente se encargaba de repetir una y otra vez como un mantra específicamente diseñado para torturarme.

Ella solo quería ser normal.

Era extraño, muchas adolescentes querían ser especiales, y jamás lo lograban. Ella era especial, en definitiva, MUY especial y quería ser normal. Irónico.

-Si es lo que quieres –suspire profundamente, evitando decir todo lo que pensaba y poniendo una sonrisa en mis labios para enfatizar mi respuesta –yo te apoyare -asentí, más para confirmarme a mi mismo mis palabras, que para que ella lo notara.

-Claro –mi rostro se ilumino. El salto de acantilado, era una de mis cosas favoritas en la vida y lo había dejado de lado en los últimos días. Quizá, estaba entrando en una especie de fase de sobreprotección con Nessie. Eso explicaría la mayoría de mis acciones.

Pensé en decirle que avisara, para que Bella no estuviera preocupada. Pero, eso era algo peligroso. Bella siempre podría encontrar alguna excusa para que no saliera. Ella incluso, era más sobre protectora que yo.

-Te hará bien un poco de adrenalina –saltara o no, el lugar estaba impregnado por adrenalina que de alguna manera se transformaba en buen humor.